Esta es una casa sin igual en Panamá y está enfocada para los amantes de la arquitectura y paisajismo. Vivir en ella los transportará a países o lugares que evocan el placer de vivir. La forma en la que están dispuestas las estructuras y su iluminación nocturna le permitirán sentirse en una verdadera casa de campo de ensueño, en donde los sonidos de la naturaleza le darán paz y tranquilidad al espíritu y rejuvenecerán las energías del cuerpo.
La propiedad consta de cinco estructuras separadas con cerca de 500 metros cuadrados de construcción, dentro de un lote de 2,663 metros cuadrados de superficie.
La primera estructura es la recámara principal, que es la cabaña de madera; cuenta con baño, cocineta y lavandería. Fue diseñada por una arquitecta panameña y fue construida en la isla de Borneo, al otro lado del mundo. La madera no es local y no está tratada con químicos porque es una de las maderas más duras que existen. Teniendo las funciones de la recámara principal, la altura a la que está construida permite tener las mejores vistas y controlar visualmente toda la propiedad. Está completamente rodeada de vidrio, lo que le permite a uno sentirse en contacto con los elementos, sin perder la sensación de sentirse resguardado. Los tucanes, monos cariblancos, oropéndolas, colibríes y perezosos son los ocasionales vecinos que visitan los árboles de la propiedad y son vistos desde la cabaña.
La segunda estructura alberga tres habitaciones independientes, cada una con su baño propio. La característica principal de las habitaciones son sus techos de ladrillo en forma de bóveda (bóvedas catalanas). La construcción de bóvedas catalanas no se realiza en Panamá; se contrató a un maestro bovedero de México para construir esta artesanía maravillosa, de grandes proporciones. Observar con detenimiento las bóvedas y sus detalles es el mejor remedio para conciliar naturalmente el sueño.
La tercera estructura es donde los corazones se regocijan: la cocina. Esta cuenta con terraza y baño completo y es lo suficientemente amplia como para acomodar las exigencias de un chef. La característica arquitectónica de la cocina son sus tejas artesanales de 80 años de antigüedad y su dominio visual de los jardines.
La cuarta estructura alberga el área social, que incluye un pequeño lobby, den, comedor y el bar, todos con grandes ventanales para incorporar visualmente los jardines exteriores al espacio cerrado. ¡Este lugar es simplemente increíble! Los techos continúan siendo bóvedas catalanas de gran altura y con diferentes estilos que asombran tanto a propios como a extraños y que siempre son materia de conversación entre arquitectos o ingenieros que han visitado la propiedad. Este es el espacio para soñar con proyectos nuevos, planear el futuro o conversar de las trivialidades del día.
La quinta estructura es para albergar las grandes recepciones. La alegría de recibir a familiares y amigos aquí es donde se lleva a cabo. Es una plaza abierta al aire libre, con capacidad para 30 personas, rodeada de naturaleza y adornos escultóricos naturales y con el dosel de los árboles de la propiedad como techo. Esta plaza está dispuesta alrededor de una hoguera y cuenta, además, con un horno de barro y una parrilla para asar, a un costado.
La propiedad está bordeada por un arroyo con agua los 365 días del año, por lo que los sonidos del agua, del viento y de las aves complementan espectacularmente los jardines abiertos y con diseño. En ellos encontrarán plantas locales de todo tipo, desde las comunes como los helechos, hasta las más sofisticadas como las orquídeas, pasando por helicóneas, bromelias y cóleos.
Por último, hay una característica que no podemos dejar pasar por alto: la Iluminación nocturna. La iluminación está diseñada de tal forma que se minimice la posibilidad de ver la fuente de luz y, en su lugar, se maximice la experiencia sensorial de apreciar lo que la luz ilumina. Cuando empieza a caer la noche y las luces inteligentes se activan, cobra vida la simbiosis entre arquitectura y paisajismo. ¡Uno se transporta a un lugar de hadas!
VillaHermosa stands as an unparalleled gem in Panama, tailored for connoisseurs of architecture and landscaping. Stepping foot within its confines is akin to embarking on a sensory journey through captivating locales, where every detail resonates with the essence of living pleasure.
The meticulous arrangement of structures, accentuated by enchanting night lighting, imbues an ethereal quality reminiscent of a dream country estate. Here, amidst the symphony of nature's harmonies, tranquility permeates the spirit and rejuvenates the body, offering an oasis of serenity.
Comprising five distinct structures sprawled across 2,663 square meters (0.7 acres) of lush landscape, VillaHermosa exudes a sense of grandeur and sophistication. The centerpiece, a wooden cabin crafted from the hardest woods sourced from the distant island of Borneo, boasts a design by a Panamanian architect (Frania Arauz). Its elevated stature offers panoramic vistas, while expansive glass panels seamlessly blend the interior with the surrounding beauty. Toucans, monkeys, and other wildlife grace the nearby trees, offering enchanting glimpses from the cabin's embrace.
The second structure houses three independent rooms, each adorned with Catalan vaulted ceilings meticulously crafted by a master vaulter from Mexico. The intricate details of these brick ceilings offer a natural lullaby, inducing restful slumber.
The heart of the home lies within the third structure—the kitchen—a spacious haven adorned with 80-year-old handcrafted roof tiles and a terrace, offering commanding views of the gardens, and providing the perfect backdrop for culinary inspiration.
The social area, a testament to architectural marvel, invites intimate gatherings and lively discussions. Catalonian vaulted ceilings adorn this space, captivating both architects and engineers alike with their unparalleled grandeur.
The fifth structure, a sprawling circular plaza nestled amidst natural splendor, serves as the ideal setting for gatherings under the open sky. Framed by the property's verdant canopy, this open-air plaza features a fire pit, clay oven, and grill, facilitating unforgettable moments shared with loved ones.
Bordering the property, a perennial creek serenades with its gentle flow, complementing the meticulously landscaped gardens adorned with a plethora of local flora, including ferns, orchids, and bromeliads. As night descends, the carefully curated lighting transforms the estate into a mesmerizing spectacle, seamlessly blending architecture with nature's allure.
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